MITOS Y REALIDADES DE SU USO
No es cierto que las grasas saturadas produzcan enfermedades cardiovasculares o derrames cerebrales.
Esto se demostró en el último estudio de revisión (meta-análisis) de la revista American Journal of Clinical Nutrition con fecha enero 2010 y examinando los datos de casi 350.000 personas durante 23 años no se halló relación entre la ingesta de grasas y un mayor desarrollo de enfermedades.
La grasa del coco tiene efectos antiinflamatorios, eleva el HDL y el IL-1, lo que mejora el perfil lipídico sanguíneo. Al consumir este tipo de grasa disminuyen las citoquinas proinflamatorias (IL-6) y se mejora la sensibilidad a la insulina.
En los últimos años han probado que el Aceite de Coco es una de las grasas más estables y seguras que podemos utilizar para cocinar.
El aceite de coco ayuda a perder peso.
Los ácidos grasos de cadena media del aceite de coco se metalizan directamente en energía en el hígado y aumentan el metabolismo basal. Un estudio demostró que consumir ácidos grasos de cadena media ayuda a reducir la grasa corporal y los triglicéridos más que los ácidos grasos omega-6.
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